Es importante la técnica de reprogramación para generar células iPS, a partir de las que sea posible obtener neuronas humanas con el genoma de personas que sufren la enfermedad de Alzheimer familiar o esporádica.
Por Jaime Millás Mur. 21 septiembre, 2020.El Alzheimer es la enfermedad neurológica intratable más común. Se manifiesta, en primer lugar, por trastornos de la memoria en personas mayores de 65 años. Luego, progresa hacia la falta de orientación y la incapacidad para comprender y establecer juicios, para terminar en última instancia en trastornos de personalidad y estado de postración.
Actualmente, se están presentando casos precoces en personas de 50 años. Es, por tanto, un grave problema social y los tratamientos son principalmente sintomáticos. El desarrollo de tratamientos curativos es lento y no hay perspectivas de una curación completa.
La mayoría de nosotros, y de los médicos especialistas, no comprendemos bien la enfermedad y esto trae como consecuencia la falta de terapias eficaces. Por eso, es importante la técnica de reprogramación para generar células iPS, a partir de las que sea posible obtener neuronas humanas con el genoma de personas que sufren la enfermedad de Alzheimer familiar o esporádica, pues facilita nuevos conocimientos acerca de esta patología.
Esta técnica surgió el 2006, con las investigaciones que lidera S. Yamanaka. El equipo realizó un experimento en ratones que consistió en la reprogramación de células somáticas mediante un grupo de genes transferidos por un retrovirus (lentivirus). Esto confirmó que el proceso de diferenciación no era irreversible. Así, las células pluripotenciales inducidas comenzaron su camino hacia la clínica.
La obtención de células iPS abre un nuevo panorama para contar con modelos experimentales de patologías neurológicas, pues es posible derivar de ellas células con el genotipo de la enfermedad. Con estos modelos, se puede conocer más sobre el comienzo y el desarrollo de la patología, así como probar nuevos fármacos en las células provenientes del enfermo.
Hasta el momento, se conoce que grandes cantidades de proteína beta-amiloide, en forma de placas, se acumulan en el cerebro de los pacientes de Alzheimer y causan cambios patológicos. Esta hipótesis ha sido difícil de verificar en las células nerviosas de pacientes.
En personas con enfermedades neurodegenerativas es difícil acceder a los lugares afectados y los modelos animales no reflejan necesariamente la patología humana. Los cambios biológicos o bioquímicos se han conocido a partir de análisis de cerebro post-mortem. Con el desarrollo de las células iPS se hace posible obtener células madre pluripotentes a partir de células somáticas y, con ello, reproducir ex vivo los fenómenos que ocurren en pacientes in vivo, particularmente los trastornos del sistema nervioso y comprender mejor su fisiopatología.
Con esta tecnología se han comenzado a estudiar diversas enfermedades neurológicas como, entre otras, la esclerosis lateral amiotrófica, la atrofia muscular espinal, la ataxia de Friedreich, el Alzheimer, el Parkinson, la enfermedad de Huntington, el síndrome de X frágil, la adenoleucodistrofia, la esquizofrenia. Las pruebas de seguridad, sensibilidad y toxicidad de los nuevos medicamentos pueden acelerarse por medio de esta técnica.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.